Inspirado en la luz dorada de los atardeceres mallorquines, este vestido combina una base blanca con tonos cálidos en amarillos y naranjas que evocan el sol cayendo sobre el mar. Cada color resalta con suavidad, creando un juego armónico y vibrante.

Tejido en hilo de algodón suave, ligero al tacto y al andar. Sus tiras versátiles permiten tres formas distintas de uso, adaptándose a tu estilo y al momento.

Una prenda que celebra el calor, la luz y la belleza natural del final del día.

Hecho para sentir el sol. Diseñado para moverse contigo.